Vista En: TVE-1, domingo 17 de mayo de 1992.
Título Original: The Sword in the Stone.
Director: Wolfgang Reitherman.
Guión: Bill Peet, basado en el libro homónimo de
T.H. White, publicado en 1938. Género: Animación.
Música: George Bruns. Dirección Artística: Ken Anderson.
Productora: Walt Disney Productions. Presupuesto: ±3.000.000 $.
País: USA. Año: 1963. Duración: 79 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Sebastian Cabot
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Sir Ector/Narrador en prólogo
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Karl Swenson
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Merlin
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Rickie Sorensen
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Grillo
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Junius Matthews
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Arquímedes
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Ginny Tyler
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Ardilla joven
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Martha Wentworth
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Madam Mim/Ardilla anciana
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Norman Alden
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Sir Kay
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Alan Napier
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Sir Pellinore
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Después que el Rey de Inglaterra muriera sin
herederos, el país se sume en la Edad Oscura ya que nadie puede reclamar el
trono sacando una espada de un yunque que hay en Londres. Merlín, un poderoso
mago, aparece para ser el mentor de Arturo, un niño de doce años al que llaman
Grillo, cuya aspiración es la de ser escudero de su bruto hermano adoptivo Kay.
Crítica: Muy libre versión sobre la figura del Rey
Arturo del creador del corto Donald en el País de las Matemáticas [1959] y la
genial 101 Dálmatas [1961], que se salta a la torera cualquier norma de rigor
histórico gracias a un Merlín desatado y realmente increíble que se convierte
en el eje central de la trama y que mantiene unas enormes y nada sutiles
críticas en tono momento hacia los abusos de poder (la manera en que Sir Ector
abusa de Grillo siempre que le es posible, un sistemático maltrato infantil
aumentado con Kay, un inculto y un bruto en busca de ser caballero con el que
aspirar a gobernar el país; la manera de hablar de Merlín, un hombre que
gracias a su poder no solo viaja en el tiempo, si no que se pasa el rato
hablando de cosas futuras que causan estupor en el joven Grillo; la puya entre
Merlín y su mascota Arquímedes, un búho parlante que como gancho cómico es
perfecto en su contrapartida con su amo: su discusión de como hay que dar
historia así lo refleja). Preciosa en la animación como en la banda sonora y
más todavía en lo excepcional de su tercer acto, Merlín el Encantador es una
película visualmente maravillosa de colorido y personajes, consiguiendo
secuencias magistrales y sabiendo donde ganarse el corazón del espectador (la
inocencia de Grillo y su candidez en su falta de ambición para ser solo un buen
escudero, provocando una tremenda bronca con Merlín; el duelo de Magia con
Madam Mim, una bruja algo loca con ganas de humillar a Merlín: una
transformación tras otra y con gran diferencia el epic moment, de rebobinar una
y otra vez; el enfrentamiento entre Ector y Kay con Merlín acerca de la
brujería: una acertada mirada de la percepción que se tenía entonces de lo
sobrenatural). Aunque algo flojo en su acto final, Reitherman diseña un
largometraje algo escaso de duración con lo que podría haber dado, pero cuyo
encanto y artesanía están fuera de toda duda.
La Puntilla: ¿Y sabiendo las ventajas que da el futuro Merlín
se queda en una época donde lo más fácil era ser quemado en la hoguera?.
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