Vista En: Cines Almirante (Avilés), jueves 25 de
febrero de 1999.
Título Original: 54.
Director: Mark Christopher.
Guión: Mark Christopher. Género: Drama.
Música: Marco Beltrami. Fotografía: Alexander Gruszynski.
Decorados: Karen Wiesel. Vestuario: Ellen Lutter.
Productoras: Dollface, FilmColony, Miramax y Redeemable
Features.
Presupuesto: ±13.000.000 $.
País: USA. Año: 1998. Duración: 93 minutos. Color.
Reparto:
|
Personajes:
|
Ryan Phillippe
|
Shane O’Shea
|
Salma Hayek
|
Anita Randazzo
|
Neve Campbell
|
Julie Black
|
Mike Myers
|
Steve Rubell
|
Sela Ward
|
Billie Auster
|
Breckin Meyer
|
Greg Randazzo
|
Sherry Stringfield
|
Viv
|
Ellen Albertini Dow
|
Disco Dottie
|
Cameron Mathison
|
Atlanta
|
Noam Jenkins
|
Romeo
|
Heather Matarazzo
|
Grace O’Shea
|
Skipp Sudduth
|
Harlan O’Shea
|
(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1978, Shane O’Shea es un joven de Nueva
Jersey que logra un trabajo como camarero en Studio 54, la discoteca más famosa
de Nueva York. Allí traba amistad con Anita Randazzo y su hermano Greg,
codeándose con famosos como Julie Black. Pero su estilo de vida pronto va
sucumbiendo a los excesos por el alocado estilo de vida del dueño, Steve
Rubell.
Crítica: Recreación en clave de semi-ficción de la mítica
discoteca de Nueva York Studio 54, que combina un elenco bastante adecuado de
caras jóvenes como de otras más veteranas, replicando con mucho tino la época
disco más fashion y divertida pero lastrando un guión que recurre demasiado al
cliché y a los tópicos para funcionar en aras de la más pura comercialidad
(Shane, el clásico buen chico en busca de una vida mejor, cada vez más atrapado
en un vida de desenfreno y malos vicios: la mala relación con su padre o su
caída en las drogas funcionan lo justo y necesario para matizar lo dicho;
Myers, en un rol secundario pero importante, encarnando al dueño real de 54: su
escena con Philippe en la puerta de la discoteca es punto seminal de cuanto
vendrá después; Salma Hayek, buscando abrirse hueco dramático en Hollywood tras
su tórrido bailecito en Abierto Hasta el Amanecer [Robert Rodriguez, 1996]).
Extraño en algunos giros del guión como haciendo un revival de las canciones
más sonoras de la era de Tony Manero, el largometraje tiene una fotografía y
ambientación correctas, con cierto encanto y el fabuloso tema central “If You
Could Read my Mind” para aderezar una función donde risas y lágrimas van de la
mano (la ausencia de Ian Schrager, co-propietario con Rubell de la disco: ni se
le menciona; Disco Dottie, una simpática anciana con demasiadas ganas de irse
de marcha, dando fe que los excesos no discriminan por edad; Rubell, en la cama
con billetes, borracho perdido, haciendo una petición nada ortodoxa a Shane).
Correctos y muy sobrios sus secundarios, a destacar Michael York y Lauren
Hutton, sin olvidarse de Sela Ward, la ópera prima de Christopher se va por la
pendiente de lo predecible, cayendo en la simpatía pero también en lo
inofensivo (una redada policial; el epílogo). Un film decente, que se queda
siempre en la orilla, sin sumergirse a fondo como podría haberlo hecho.
La Puntilla: ¿Cómo es posible que con tanto que tenía para
ofrecer, al final ofrezca tan poquita cosa?.
Mi
Valoración
★★★★★
No hay comentarios:
Publicar un comentario