“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

12 Hombres sin Piedad [1957]

 Publicado El: Viernes, 19-Jun-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000014.
 Vista En: TVE-1, viernes 16 de junio de 1989.
 Título Original: 12 Angry Men.
 Director: Sydney Lumet.
 Guión: Reginald Rose. Género: Drama.
 Música: Kenyon Hopkins. Fotografía: Boris Kaufman.
 Decorados: [Desconocido]. Vestuario: [Desconocido].
 Productora: Orion-Nova Pictures. Presupuesto: ±350.000 $.
 País: USA. Año: 1957. Duración: 96 minutos. B/N.

Reparto:
Personajes:
 Martin Balsam
Jurado Nº 1
John Fielder
Jurado Nº 2
Lee J. Cobb
Jurado Nº 3
E.G. Marshall
Jurado Nº 4
Jack Klugman
Jurado Nº 5
Ed Binns
Jurado Nº 6
Jack Warden
Jurado Nº 7
Henry Fonda
Jurado Nº 8
Joseph Sweeney
Jurado Nº 9
Ed Begley
Jurado Nº 10
George Voskovec
Jurado Nº 11
Robert Webber
Jurado Nº 12

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Los miembros de un jurado deben determinar la inocencia o la culpabilidad de un chico de 18 años acusado de haber apuñalado y matado a su padre. Lo que en principio parece un asunto sencillo se complica conforme uno de los jurados se enfrenta al resto intentando esclarecer el caso, viendo que hechos y testimonios quizá no sean tan incriminadores como parecen.

 Crítica: Rodada casi íntegramente en un único escenario (la propia sala) y en un elegante blanco y negro, la ópera prima de Lumet es un tour-de-force en el que doce desconocidos sin nombre (se llaman a sí mismos por su número de jurado), encerrados hasta que logren un veredicto, sacan a relucir todas sus miserias y prejuicios a lo largo de las diferentes charlas acerca del proceso judicial. Apoyada exclusivamente en las interpretaciones de su reparto, sus doce intérpretes logran definir a la perfección a sus personajes, tanto en su personalidad como en la clase social a la que pertenecen (esto queda patente en sus ropas, gestos y actitudes). Usando la técnica de “contar la historia”, los diferentes jurados van recreando tanto el crimen como el proceso judicial (la película se abre con el juicio ya acabado, con el juez explicando al jurado sus responsabilidades como tales), consiguiendo que el espectador se quede sugestionado y que vea en su mente cada escena comentada. Sin necesidad de asombrosas persecuciones ni sangrientos tiroteos en las calles, la película consigue, con una docena de personas, mantener una tensión constante hasta el último momento, haciendo que los personajes choquen entre sí (el duelo entre Henry Fonda y Lee J. Cobb es inmejorable), y confrontando sus propios puntos de vista y sus prejuicios (el discursito de Ed Begley, actual incluso a día de hoy: la reacción de los jurados al escucharle es ejemplar), así como sus diferentes personalidades (el racional, el cascarrabias, el acomplejado, el dubitativo,...). Impecable tanto en su guión como en su ejecución (apoyada también en una espléndida fotografía), la película analiza con una precisión quirúrgica algo tan escabroso como el tener la vida de alguien en las manos consciente de que, si es declarado culpable, el acusado será enviado a morir. Un espejo en el que se refleja lo mejor y lo peor del género humano.

 La Puntilla: Ojito con las apariencias (y los prejuicios). Las primeras  pueden engañar (y los segundos, matar).

 Mi Valoración
 ★★★★★

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