Vista En: Cines Marta & María (Avilés), sábado 9 de
febrero de 2002.
Título Original: Thir13en Ghosts.
Director: Steve Beck.
Guión: Neal Marshall Stevens y Richard D’Ovidio,
basado en el libreto original de 1960 de Robb White. Género: Terror.
Música: John Frizzell. Fotografía: Gale Tattersall.
Decorados: Dominique Fauquet-Lemaitre. Vestuario: Jenni Gullet.
Productoras: Warner Bros., 13 Ghosts Productions Canada
Inc., Dark Castle Entertainment y Columbia Pictures Corporation. Presupuesto: ±42.000.000 $.
Países: USA y Canadá. Año: 2001. Duración: 91 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tony Shalhoub
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Arthur Kriticos
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Embeth Davidtz
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Kalina Oretzia
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Matthew Lillard
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Dennis Rafkin
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Shannon Elizabeth
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Kathy Kriticos
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Alec Roberts
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Robert ‘Bobby’ Kriticos
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JR Bourne
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Benjamin Moss
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Rah Digga
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Maggie Bess
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F. Murray Abraham
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Cyrus Kriticos
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Matthew Harrison
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Damon
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Jacob Rupp
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Ayudante de Cyrus
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Tras la muerte de Cyrus Kriticos, su sobrino
Arthur y sus hijos Kathy y Bobby heredan su casa, una enorme mansión de cristal
en las afueras de la ciudad. Pero al entrar en ella descubren que Cyrus se
dedicaba a cazar fantasmas, y que la casa es una enorme prisión para doce
espíritus que van saliendo poco a poco de sus jaulas, provocando el caos a su
paso.
Crítica: Remake de Los Trece Fantasmas [William Castle,
1960] con la que el diseñador de efectos especiales Steve Beck hace su debut
como director, en una propuesta que potencia las dosis de terror gracias al
maquillaje como a una historia truculenta de necesidad, y que le hace algún
guiño a su original con ciertas dosis de ingenio (el aspecto de todos y cada
uno de los fantasmas, espeluznante aunque al mismo tiempo no redondo al 100%,
al darles un aire más corpóreo que etéreo; los visores espectrales, remanente
de las gafas que el reparto de 1960 usaban para ‘ver’ a los fantasmas, en una
suerte de 3D en versión antigua; el principio en un cementerio de coches, que
empieza mal y acaba mucho peor). Fascinante y perturbadora por momentos, la
fuerza de su trama principal se diluye en su último acto debido a un final
espantoso y que se antoja más impuesto por la productora que por el propio
director, en tanto que la presencia de la cantante de rap Rah Digga es más un
estorbo que una ayuda (Maggie, una asistenta que añade toque racial y una
innecesaria dosis de humor; Kathy, mirándose en un espejo sin saber que hay
alguien detrás de ella observándola; las referencias al “Ocularis Inférnum” y
al propósito de los fantasmas, un caramelo muy suculento que no tarda en
desaparecer de la boca). Curiosa en la aparición de F. Murray Abraham, sin duda
alguna el actor más desaprovechado de su generación, como en la de un Matthew
Lillard a la que la sobreactuación le puede y con creces, 13 Fantasmas es un
esfuerzo de resultado desigual, bien hilado a lo primero pero mal cosido al
final, dejando la sensación de faltarle valor para llegar a las últimas
consecuencias (Arthur, contando a cuantos fantasmas tiene ante él). Un trabajo
no mediocre, pero tampoco esplendido, visualmente atractivo como en esa casa
cristal plagada de textos extraños, que desde luego merecía un rematado mucho
mejor.
La Puntilla: ¿Visores para ver fantasmas?. Y yo me
pregunto, ¿cuánto tardará alguien en copiar la idea y aplicarla al mundo real?.
Mi
Valoración
★★★★★
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