Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 4 de diciembre
de 2016.
Título Original: 1898. Los Últimos de Filipinas.
Director: Salvador Calvo.
Guión: Alejandro Hernández. Género: Bélico.
Música: Roque Baños. Fotografía: Alex Catalán.
Decorados: José Luis Moya. Vestuario: Paola Torres.
Productoras: CIPI Cinematografica S.A., Instituto de la
Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, 13 TV y Televisión Española.
Presupuesto: ±6.000.000 € (±6.400.000 $).
País: España. Año: 2016. Duración: 105 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Luis Tosar
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Teniente Martín Cerezo
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Javier Gutiérrez
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Sargento Jimeno
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Álvaro Cervantes
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Soldado Carlos
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Karra Elejalde
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Fray Carmelo
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Carlos Hipólito
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Doctor Vigil
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Ricardo Gómez
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Soldado José
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Patrick Criado
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Soldado Juan
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Eduard Fernández
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Capitán Enrique de las Morenas
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Miguel Herrán
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Soldado Carvajal
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Emilio Palacios
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Soldado Moisés
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Alexandra Masangkay
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Teresa (Indígena)
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Pedro Casablanc
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Teniente Coronel Cristóbal Aguilar
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un destacamento de soldados en Laber, una
aldea de Filipinas, que a finales del siglo XIX era colonia española, se
atrincheran en la iglesia a fin de proteger la aldea de los tagalos, los
guerrilleros que reclaman el lugar como suyo. Cuando reciban noticias de que la
guerra acabó, su líder se niega a aceptarlas, manteniéndose en su puesto junto
a sus hombres.
Crítica: Curtido director en series de TV como
Policías, en el Corazón de la Calle [2002] y Motivos Personales [2012] entre
otras, Salvador Calvo se pasa a la gran pantalla con una ópera prima estupenda
y magnífica que cuenta con un elenco de actores jóvenes y veteranos convertidos
en ratones metidos en un ratonera cuya convivencia es de todo menos apacible,
comandados por ese monstruo de la pantalla llamado Luis Tosar, que llena la
película con sus ojos penetrantes (Cerezo, un militar obsesionado con ganar una
guerra ya perdida y con un Imperio Español que desaparece a ojos vista; Jimeno,
brutal Javier Gutiérrez, un militar con demasiado afán por dar salida a su
ansia de matar; el primer asalto nocturno por parte de los tagalos, una
carnicería sangrienta y despiadada rodada impecablemente). Fastuosa en la banda
sonora de Baños, probando que España tiene grandes compositores en su haber, y
unas dosis de drama y tragedia a veces difíciles de digerir, Calvo hace de
1898. Los Últimos de Filipinas es una aproximación a un episodio crucial en la
historia de España y a sus secuelas, un tributo a muertos y no tan muertos del
fin de una guerra sin cuartel (los soldados, sucumbiendo a la malaria y
beriberi, atendidos por Vigil, un Carlos Hipólito inmenso; el intento del
Comandante Luna, Raymond Bagatsing genial, por acabar la guerra para ir a por
los americanos al estallido de la Guerra de Cuba; Carlos, un joven idealista
que poco a poco descubre el sinsentido de ésta). Tensa como en la secuencia de
las tropas recorriendo un río, visto en plano cenital, o un salto a cañón,
terrible en el enclaustramiento prolongado y maravillosa por Karra Elejalde, el
film es otro botón de muestra que da fe de un cine español en perfecto estado
de forma, capaz de mirar su propia historia para recordarla a nuevas
generaciones. Un trabajo cautivador y que ofrece un entretenimiento de primera
línea. Igual que Luis Tosar.
La Puntilla: Miedo da si sucesos así no se imparten en
colegios. Pocas cosas más siniestras que un país que tergiversa su propia
historia.
Mi
Valoración
★★★★★
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