Vista En: Cines Almirante (Avilés), jueves 26 de agosto
de 1999.
Título Original: Wild Wild West.
Director: Barry Sonnenfeld.
Guión: S.S. Wilson, Brent Maddock, Jeffrey Price y
Peter S. Seaman, basado en una historia original de Jim y John Thomas, basado a
su vez en la serie de televisión Jim West, creada por Michael Garrison,
estrenada en 1965. Género: Acción.
Música: Elmer Bernstein. Fotografía: Michael Ballhaus.
Decorados: Cherilyn Carasik. Vestuario: Deborah Lynn Scott.
Productoras: Peters Entertainment, Todman, Simon,
LeMasters Productions, Sonnenfeld Josephson Worldwide Entertainment, Warner
Bros.
Presupuesto: ±170.000.000 $.
País: USA. Año: 1999. Duración: 106 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Will Smith
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Capitán James ‘Jim’ West
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Kevin Kline
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U.S. Marshal Artemus Gordon/Ulysses S. Grant
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Kenneth Branagh
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Dr. Arliss Loveless
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Salma Hayek
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Rita Escobar
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M. Emmet Walsh
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Coleman
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Ted Levine
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General ‘Sanguinario’ McGrath
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Frederique van der Wal
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Amazonia
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Musetta Vander
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Munitia
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Sofia Eng
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Srta. Lippenrieder
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Bai Ling
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Srta. East
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Garcelle Beauvais
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Belle
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Mike McGaughy
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Big Reb
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1869, el Presidente Ulysses Grant llama al
Capitán Jim West y al Marshal de Estados Unidos Artemus Gordon para que
investiguen juntos la desaparición de algunos de los más importantes
científicos del país causada por el General Sanguinario McGrath. Pero West y
Gordon descubren que éste es el peón de un cerebro criminal mucho mayor: el Dr.
Arliss Loveless.
Crítica: Bochornosa adaptación de la serie que
protagonizaron Robert Conrad y Ross Martin, cuyos papeles pasan a un
excesivamente graciosete Will Smith y un Kevin Kline que se lo pasa de miedo
desdoblándose en dos papeles, pero a salvo sus primeros minutos de metraje, el
resto se va por la pendiente de la decrepitud con la velocidad de un tren sin
frenos, yendo de lo medianamente pasable a una vergüenza ajena que no hace
sangrar los ojos por los pelos (sus créditos iniciales, espectaculares y toda
una gran lección de como empezar una película: a partir de ahí, todo es cuesta
abajo; Kenneth Branagh, en un papel que echa por la borda todo su prestigio a
base de histrionismos y mucho de sobreactuaciones: sus diálogos con West, sin
embargo, sin desternillantes; el instante en el que éste entra en la Casa
Blanca, con unas ovejas pastando en sus prados tan tranquilamente). Aunque la
banda sonora intenta emular a los clásicos del género como Río Rojo [Howard
Hawks, 1948] o Centauros del Desierto [John Ford, 1956], su estilo
decididamente camp y sus intención de no tomarse en serio a si misma le pasan
factura tanto en el guión como en los giros que éste perpetra (West, explicando
su biografía personal a Gordon: ¡no hay forma de creérselo ni con tres botellas
del mejor coñac!; la secuencia, espantosamente ridícula, de Gordon haciendo una
muy particular proyección de cine...con una cabeza humana cercenada; West y
Gordon, testigos de la aparición del mayor invento de Loveless: espectacular y
gigantesco, pero que sobrepasa de lo imposible en su propia existencia). En su
conjunto, Wild Wild West, es un espectáculo circense de baja estofa que
derrocha un montón de millones en una cinta destruida por su necesidad de ser
chistosa de un modo obsesivo, y despilfarrando a talentos como el veterano M.
Emmet Walsh. Y lo del culo de Salma Hayek, pues de lo más bonito. Pero de ahí
no pasa.
La Puntilla: “Manual de como no hacer un remake”. Y en la
primera lección, Wild Wild West. No puede ser más infumable ni a propósito.
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