Vista En: TVPelis.net, martes 1 de noviembre de 2016.
Título Original: Wishmaster.
Director: Robert Kurtzman.
Guión: Peter Atkins. Género: Terror.
Música: Harry Manfredini. Fotografía: Jacques Haitkin.
Decorados: Barbara Cole. Vestuario: Karyn Wanger.
Productoras: Image Organization y Pierre David. Presupuesto: ±5.000.000 $.
País: USA. Año: 1997. Duración: 90 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tammy Lauren
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Alexandra Amberson
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Andrew Divoff
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El Djinn ‘Nathaniel Demerest’
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Robert Englund
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Raymond Beaumont
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Chris Lemmon
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Nick Merritt
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Wendy Benson
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Shannon Amberson
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Tony Crane
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Josh Aickman
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Jenny O’Hara
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Wendy Derleth
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Kane Hodder
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Guarda de Merritt
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Tony Todd
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Johnny Valentine
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Ricco Ross
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Teniente Nathanson
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Ted Raimi
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Ed Finney
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Angus Scrimm
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Voz del Narrador
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Alexandra Amberson es una tasadora de
antigüedades que libera sin querer al Djinn, un genio encerrado en 1127 por el
mago Zoroastro en un ópalo de fuego, que concede deseos a cambio del alma de
quien los pide, y que necesita que la propia Alex, al ser su libertadora, le
conceda tres deseos para abrir las puertas a su reino y traer a los otros Djinn
a la Tierra.
Crítica: Segunda película para Robert Kurtzman, una de
las piedras angulares de la empresa de efectos especiales KNB
(Kurtzman-Nicotero-Berger), la cual revisiona al simpático personaje de Disney
que hizo en versión animada Robin Williams en Aladdin [Ron Clements y John
Musker, 1994], dándole la vuelta para hacer de él uno de esos villanos
entrañables pero sádicos dispuesto para reclamar su sillón dentro del panteón
de monstruos a la altura de otros pesos pesados como Freddy Krueger o Michael
Myers. Gracias al carisma y malicia de su actor principal, un Andrew Divoff al
que por fin se da la oportunidad de brillar más allá de papeles como el de
Operación Soldados de Juguete [Daniel Petrie Jr., 1991] (su sonrisa perversa y
su forma de hablar para conseguir los deseos de la gente, genialmente hecho al
100%; su charla con Nick Merritt, su guarda de seguridad y una dependienta son
de lo más retorcidas; Raymond Beaumont, un Robert Englund que ejerce como uno
de los muchos padrinos que tiene la película incluyendo narración original de
Angus Scrimm, el malo de la saga Phantasma). Comenzando con un prólogo que tan
solo sirve para exponer cuales serían las últimas consecuencias de satisfacer
os tres deseos, lo resultón de sus efectos especiales y el carisma de Tammy
Lauren como una heroína de circunstancias permiten un duelo a la altura que,
consciente de su situación como largometraje de serie B, se permite manejar lo
bastante bien sus bazas para crear una historia sin demasiados fallos y sí con
más ingenio del que en principio parece (Alexandra, hablando con una en exceso
servicial Wendy; el instante en el que el Djinn acepta un deseo gratis ‘como
muestra de buena voluntad’, en que Alex pide lo que todos los espectadores
piensan solo para darle la vuelta; las visiones de Alex cada vez que el Djinn
concede uno de sus deseos). Un trabajo artesano y malévolo. Y muy disfrutable.
La Puntilla: “Cuidado con lo que deseas, te lo podrían
conceder”. Los chinos sabían perfectamente de qué hablaban.
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