Vista En: Gnula.nu, martes 19 de diciembre de 2017.
Título Original: The Evil Dead.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi. Género: Terror.
Música: Joe LoDuca. Fotografía: Tim Philo.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: [Desconocido].
Productora: Renaissance Pictures. Presupuesto: ±350.000 $.
País: USA. Año: 1981. Duración: 85 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Bruce Campbell
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Ashley ‘Ash’ J. Williams
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Ellen Sandweiss
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Cheryl
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Hal Deltrich
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Scott
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Betsy Baker
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Linda
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Sarah York
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Shelly
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Cinco amigos se marchan a una cabina en mitad
del bosque para pasar allí el fin de semana. Cuando por accidente descubren un
sótano oculto en ella y encuentran unas grabaciones, al escucharles despiertan
sin querer a unos antiguos demonios que no solo dominan el bosque, si no que
empiezan a estar poseídos por ellos, mientras los otros intentan sobrevivir.
Crítica: Tras nueve años y 14 cortometrajes, quien
debutó con It’s a Murder! [1977] dirige una segunda película de terror en
estado puro con una energía y un poder inmensos a pesar de la gigantesca y
palpable escasez de medios, a la que escenarios y fotografía ayudan tanto como
la banda sonora de Joseph ‘Joe’ LoDuca para, a su manera, rendir tributo al
escritor H.P. Lovecraft (el libro encontrado por Ash y sus amigos, ni más ni
menos que el infame como a la vez mítico Necronomicón perteneciente a los Mitos
de Cthulhu; la cámara en plano subjetivo, tomando el punto de vista de “algo”
que acecha entre los árboles y se mueve derribándolo todo a su paso; Cheryl,
atacada en el bosque de la manera más asombrosa posible: magistral en
planificación y ejecución, espantoso por definición). Usando a menos de media
docena de actores y un maquillaje simplón en su apariencia pero efectivo en su
acabado, lo cierto y verdad es que Posesión Infernal reinventa el cine de
terror a base de cámara frenética y una dosis más que generosa de hemoglobina,
teniendo un único y escalofriante escenario artificial y otro natural como
armas de intimidación masiva (el bosque, siempre con unas eternas nieblas
recorriéndolo, un lugar más que amenazador en lo degradado y mortecino de sus
paisajes; el nivel de visceralidad, subiendo poco a poco hasta llegar a cotas
más que elevadas: lo de Ash siendo “acosado” por una decapitada Linda es otro
punto de desquicie genial; el aspecto de los poseídos, horripilante, perfecta
degeneración de la carne en estado de posesión que haría ruborizar de envidia a
la Reagan de El Exorcista [William Friedkin, 1973]). Coronando con un final a
la altura, el film es un revoltijo de ideas mezcladas con mucha mano izquierda
y llevado hasta la excelencia en lo despiadado de su guión. Una delicia de
serie B nacida para destacar y dar pavor. Y sobre Bruce Campbell...“ha nacido
una estrella”.
La Puntilla: Manda huevos el asunto: con lo difícil que es
adaptar el universo de Lovecraft, y Raimi lo ha clavado sin partir de un relato
suyo.
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