Vista En: La 2, viernes 18 de octubre de 2002.
Título Original: Lost in Yonkers.
Directora: Martha Coolidge.
Guión: Neil Simon, basado en su propia obra teatral
Perdidos in Yonkers, estrenada en 1990. Género: Drama.
Música: Elmer Bernstein. Fotografía: Johnny E. Jensen y A. Troy Thomas.
Decorados: Marvin March. Vestuario: Shelley Komarov.
Productoras: Columbia Pictures Corporation y Rastar
Pictures.
Presupuesto: ±9.000.000 $.
País: USA. Año: 1993. Duración: 114 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Richard Dreyfuss
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Louie Kurnitz
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Mercedes Ruehl
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Bella Kurnitz
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Irene Worth
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Abuela Kurnitz
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Brad Stoll
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Jay
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Mike Damus
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Arty
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David Strathairn
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Johnny
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Robert Guy Miranda
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Hollywood Harry
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Jack Laufer
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Eddie
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Susan Merson
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Gert
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Jesse Vincent
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Danny
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Lori Schubeler
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Teresa
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Calvin Stillwell
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Empleado de gasolinera
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1942, tras la muerte de su madre por una
larga enfermedad, Jay y Arty son dos hermanos cuyo padre les deja al cuidado de
su abuela por motivos de su trabajo como viajante. Allí no solo conocen a una
mujer de un carácter estricto y autoritario, si no también a su ciclotímica y
jovial tía Bella así como a su hermano, Louie, que trabaja de matón de un
gángster.
Crítica: La autora de comedias emblemáticas como La
Chica del Valle [1983] y Escuela de Genios [1985] entre otras se pasa al drama
con una película que obtiene sus mejores bazas tanto de la puesta en escena y
de su ambientación para recrear de forma más que aceptable el Nueva York de los
40, como del reparto en sus papeles estelares, ahondando en las alegrías y
miserias de una familia altamente disfuncional (Irene Worth, eclipsando a todos
con un papel más que difícil: su descarnada actuación de una mujer entrada en
años cuya rudeza sería capaz de fundir el plomo es magistral; Brad Stoll y Mike
Damus, de lo más encantadores como los verdaderos protagonistas, dos niños
metidos en camisa de once varas con parientes muy peculiares; el tío Louise,
genial Richard Dreyfuss, un aspirante a gángster buscando salvarse de las iras
de su propio jefe). Sacando una banda sonora nada espectacular pero que sí
sirve a su propósito para ambientar la historia y anotándose un tanto en el
tema del vestuario y de la fotografía, Prohibido Querer {una muy extraña aunque
nada desacertada traducción del original “Perdidos en Yonkers”} es un melodrama
con algún tinte cómico pero con una potente carga de profundidad donde los
personajes aparte de estar bien perfilados, están mejor ejecutados (Mercedes
Ruehl, haciendo de Bella una niña en cuerpo de mujer: su eterna excitación
emocional y sus deseos de fugarse con su novio Johnny la hacen la perita en
dulce del relato; la reunión familiar de los Kurnitz, con uno de ellos teniendo
un sorprendente problema respiratorio de esos sumamente incómodos por sus
implicaciones; la negativa de la Abuela a dejar que Bella se marche solo por
que la ayude con sus achaques). Metiendo una necesariamente subtrama que
completa el puzzle (Arty y Jay, buscando un dinero oculto), Coolidge fabrica un
film sólido, manteniendo el interés hasta el final. De lo más intensa.
La Puntilla: “Una tía que no crece, un tío que mata gente
y una abuela que convierte a Hitler en una monja. Ah, que bonita es la
familia”.
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