Vista En: TVE-1, domingo 19 de mayo de 2002.
Título Original: Psycho.
Director: Gus Van Sant.
Guión: Joseph Stefano, basado en la novela Psicosis,
de Robert Bloch, publicada en 1959. Género: Terror.
Música: Bernard Herrmann. Fotografía: Christopher Doyle.
Decorados: Rosemary Brandenburg. Vestuario: Beatrix Aruna Pasztor.
Productoras: Universal Pictures y Imagine Entertainment.
Presupuesto: ±60.000.000 $.
País: USA. Año: 1998. Duración: 105 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Vince Vaughn
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Norman Bates
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Anne Heche
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Marion Crane
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Julianne Moore
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Lila Crane
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Viggo Mortensen
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Sam Loomis
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William H. Macy
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Milton Arbogast
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Robert Forster
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Dr. Simon
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Philip Baker Hall
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Sheriff Chambers
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Anne Haney
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Sra. Chambers
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Chad Everett
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Tom Cassidy
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Rance Howard
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Sr. Lowery
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Rita Wilson
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Caroline
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James Remar
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Patrullero
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Marion Crane roba 400.000 dólares para ayudar
a su novio Sam Loomis a saldar sus deudas. Huyendo a Phoenix en coche, pasa la
noche en el Motel Bates para eludir a un patrullero de carreteras. Asesinada
esa noche, su desaparición hace que su hermana Lila y un detective privado
llamado Milton Arbogast investiguen al dueño del motel donde se alojó, Norman
Bates.
Crítica: Después del éxito conseguido por El Indomable
Will Hunting [1997], Gus Van Sant envía todo su prestigio a las cloacas gracias
al ejemplo último de lo que debería ser cualquier remake, tomando la obra
maestra del Mago del Suspense Psicosis [Alfred Hitchcock, 1960] para
convertirla en una copia clónica plano a plano y secuencia a secuencia
exactamente igual salvo por el color, pero con una bajeza cinematográfica
merecedora de ir por el patíbulo o por la pasarela de un barco pirata varias
veces seguidas (Anne Heche, sosa y plana hasta la nausea en su papel de Marion,
ausente de toda credibilidad a niveles de tormento infernal: ¿y esta es la misma
rubia simpática de Volcano [Mick Jackson, 1997]?; Vince Vaughn, o la
destrucción de Norman Bates con la que sin duda es una profanación tan
aberrante que debería hundir la carrera del actor por los siglos de los siglos,
pareciendo que se le escapa la risa en un par de ocasiones; la escena de la
ducha: ejemplo de como la copia puede ser solo una pesadillesca sombra que, ni
buena ni mala, solo hace de suspirar por la de Janet Leigh). Pese a tener
secundarios de relumbrón como Philip Baker Hall y Robert Forster, e incluso con
otros siempre competentes de la talla de Julianne Moore y Viggo Mortensen,
Psycho (Psicosis) se alza no en un remake como sí podría considerarse a Una
Jaula de Grillos [Mike Nichols, 1996], si no en una monstruosidad hecha para
provocar tumores cerebrales solo de verla (la muerte de Arbogast, otro más que
desaprovechado William H. Macy; Lila Crane, descubriendo un detalle macabro
sobre la madre de Bates; la cara de éste, espiando a Marion por un agujero
mientras se encuentra en el baño). Un auténtico escarnio, nefasto y grotesco,
del que ni siquiera se libra una banda sonora que, siendo exactamente la misma
del Herrmann de 1960, se presenta espantosa en combinación con el remake.
Cancerígena hasta lo indecible.
La Puntilla: No hay insulto ni grosería lo bastante
escatológica para definir a la película. Su misma existencia ofende a cada
fotograma.