Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 11 de
noviembre de 2017.
Título Original: Oro.
Director: Agustín Díaz Yanes.
Guión: Agustín Díaz Yanes, basado en el relato corto
homónimo e inédito de Arturo Pérez-Reverte. Género: Aventuras.
Música: Javier Limón. Fotografía: Paco Femenia.
Decorados: [No hay decorador]. Vestuario: Tatiana Hernández.
Productoras: Apache Films, Atresmedia Cine, Sony Pictures
España, Tezutlan Films y Telefonica Studios. Presupuesto: ±8.000.000 € (±8.432.000 $).
País: España. Año: 2017. Duración: 103 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Raúl Arévalo
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Martín Dávila
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Bárbara Lennie
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Doña Ana
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Óscar Jaenada
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Alférez Gorriamendi
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José Coronado
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Sargento Bastaurrés
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José Manuel Cervino
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Don Gonzalo
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Antonio Dechent
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Barbate
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Juan José Ballesta
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Iturbe
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Luís Callejo
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Pater Vargas
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Anna Castillo
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La Parda
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Andrés Gertrudis
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Licenciado Ulzama
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Juan Carlos Aduviri
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Indio Mediamano
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Juan Diego
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Manuel Requena
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1538, un grupo de soldados viajan a la
selva amazónica con el propósito de hallar Teziutlán, una ciudad que
supuestamente está hecha de oro. Pero las desavenencias y rencillas entre los
soldados y la amenaza de otra expedición enviada para detenerlos convertirán la
travesía en un caos en el que la selva amazónica será para ellos el menor de
los peligros.
Crítica: Autor de dramas como Nadie Hablará de
Nosotras Cuando Hayamos Muerto [1995], Díaz Yanes regresa a la épica aventurera
como ya hiciese en Alatriste [2006] para acometer un maravillosa disección en
crudo sobre amor y traición en los tiempos de Carlos V de España y I de
Alemania gracias a un elenco de primerísimo orden y a un único escenario
omnipotente que resulta agobiante en su infinidad (la rivalidad de Dávila y
Gorriamendi por el amor de Doña Ana, una excelente y preciosa Bárbara Lennie;
la selva amazónica, o un personaje extra en si mismo, una naturaleza despiadada
en la que la vida es fácil de perder: la muerte de uno de los personajes,
totalmente inesperada, da fe de ello; Cervino, Coronado y Diego, demostrando
que la veteranía no es un grado si no una auténtica cátedra de interpretación:
tres monstruos con dos de ellos reencontrándose dos décadas después de Brigada
Central [1989]). Tremendo en un guión capaz de retratar en la distancia una
España dividida por sus orígenes pero unida en su ambición, y con algún giro
del guión que es fascinante, Oro se convierte en una epopeya no tanto sobre el
preciado metal como sobre lo que genera en quienes lo desean, impecable en su
fotografía y la banda sonora, que es de órdago (la forma de como hablan los
soldados de repartirse el oro o legarlo a sus familias, cuando ni siquiera lo
han encontrado para reclamarlo como suyo; la muerte de algunos soldados, que
sorprende en la variedad con la que llegan a ella; todas las escenas del cura,
un hombre cuyo corazón se divide entre su obsesión por el pecado, Dios y el oro
para la Santa Sede). Intensa y con la emoción por bandera, el largometraje
sobresale por méritos propios en todos los aspectos, transformando una aventura
con el oro como objetivo casi en un survival horror donde el hombre se
convierte en el principal enemigo del hombre. Y lo de su final, eso ya es de
nota.
La Puntilla: El oro tiene dos cualidades únicas: hace que
los ojos de la gente brillen de forma especial, y convierte a ángeles en
demonios.
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